miércoles, 15 de octubre de 2008

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El fenómeno María José: lo bueno, lo malo, lo feo y lo vergonzoso

El fenómeno María José: lo bueno, lo malo, lo feo y lo vergonzoso


Opinión - General
Aportado por Stella Chinchilla
Sábado, 11 Octubre 2008 19:01
Giovanni Beluche V. Sociólogo

Lo bueno: María José

Sin duda alguna María José es un ejemplo de tenacidad, perseverancia y humildad para luchar por sus sueños. Virtudes que escasean entre adultos y jóvenes por la asfixiante realidad que nos está tocando vivir. Costa Rica no está pasando por sus mejores años, los altos precios de los alimentos y los pasajes, el estancamiento del salario real, la crisis de nuestros agricultores, la corrupción política galopante de este gobierno y la crisis financiera mundial, no son hechos para nada alentadores y estimulantes.

En un contexto así surge la figura de María José, una chica humilde como muchas otras, que semana a semana fue acercándose al cumplimiento de su sueño. La identificación y el cariño que mayoritariamente le dio el pueblo costarricense, tienen mucho que ver con esa capacidad de trascender las barreras y dificultades. En ella se veían reflejados tantos soñadores, algunos frustrados y otros vigentes, pero todos agolpándose como un puño para apoyarla, para sentir que aportaban su granito de arena en esa lucha por llegar a la meta.


Lo malo: el papel de los grandes medios

Los grandes medios de comunicación, que tantas veces han dado la espalda a nuestros talentos nacionales en favor de "reality shows" intrascendentes e importados, corrieron a ponerse como furgón de cola para no quedar descolgados del fenómeno. Ciertamente, las últimas semanas estos medios fueron cruciales para mantener a la población atenta al programa, desconociendo que en una calle de San José un ciudadano agonizaba durante ocho horas sin recibir atención. Medios oportunistas, que nunca han conferido el espacio que merecen artistas como los Editus, con varios Gramy ganados para Costa Rica, ahora corrían para venderse como los más patriotas.

Salieron a robarse el show, porque el pueblo estaba adoptando a María José como su hija predilecta, no como su ídolo. Ese pueblo la hizo suya por su carisma, por su propia necesidad de saborear un triunfo ante tanta derrota y tanta violencia. María José les daba un remanso de paz, de unidad nacional y sentido de patria, como antes lo hicieron María del Milagro París, Claudia y Silvia Poll, la selección de fútbol, nuestros deportistas de olimpiadas especiales y tantos otros triunfadores.


Lo feo: Sony Entertainment

Lo feo y nefasto es el formato del Latin American Idol. Es un modelo perverso, en el que se gana por plata, no necesariamente por talento. Que quede claro que a María José y a la representante de Panamá el talento les sobra. Pero, perfectamente el concurso lo podría ganar quien paga más "votos" (eufemismo de los productores para no decir plata). Es perverso porque los pobres de América Latina quedaron financiando a los ricos de la transnacional Sony Entertainment. ¿No sería mejor un jurado imparcial, que vote por méritos y no por dinero?, ojalá con músicos cultos, no como la mediocre del jurado que le atribuyó a Luis Miguel una canción de Nino Bravo.


Lo vergonzoso: la demagogia de Oscar Arias

Como país deberíamos garantizar las oportunidades que nuestros jóvenes merecen. ¿Cuántos talentos como María José se están desperdiciando, no por falta de sueños y determinación, sino por falta de oportunidades? No es con mensajitos de texto, no es con la miserable donación que hizo el presidente de turno. Sino con un Ministerio de Cultura fortalecido, con escuelas de música en todos los cantones, con un colegio Catella robustecido, con recursos para las universidades públicas, con el 8% del presupuesto nacional para la educación. Eso sólo se sostiene con un sistema tributario donde los ricos aporten como ricos y los pobres como pobres.

Nuestros artistas no deberían depender de la caridad y la buena voluntad de algunos. El Estado debe garantizar las condiciones para que el desarrollo del arte y los talentos sea un derecho fundamental. Eso será posible cuando dejemos de ser gobernados por políticos – empresarios más sensibles a la caja registradora que a los violines y las flautas.

Fuente: Costa Rica Solidaria

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